"La vida es un engaño que ni hecha a mala hostia hace tanto daño", como dice en su maqueta uno de esos poetas que me gustan a mí llamado Rap'Susklei. Y es cierto, porque la vida no es más que un montón de escombros que, dependiendo de la luz que dé, parecen negros o parecen blancos. A mí, aquí y ahora me parecen muy oscuros, tirando a zaínos y jodidamente negros y profundos.
Un día, a un ilustre personaje se le ocurrió amargarle la existencia al resto de la humanidad descubriendo cuál era el porqué de nuestras desgracias con sus raramente inaplicables leyes. Este tío, apellidado Murphy, debió morir en la hoguera merecidamente y, a la vez, injustamente, porque es cierto que sus leyes tienden a ser verdad (los problemas, ni se crean ni se destruyen, solamente se transforman), pero traducir lo que son las consecuencias de vivir en leyes inmutables es de ser un cabrón sin escrúpulos. En otras palabras: Murphy es a la vida cotidiana lo que Guti es al Madrid, el cabeza de turco (expresión que me recuerda otras muchas que usamos sin conocer su origen y las relaciones ortográficas entre palabras sin conexión que ya plasmaré aquí un día de estos en aras a alzarme como "Gran Freaky" de cosas estúpidas)
[Retomemos el tema que nos ocupa. Disculpen Vueses Mercedes las divagaciones del abajo firmante]
"Unos nacen con suerte..." y otros en Honduras, como rezaba una pintada en la puerta de un baño de mi facultad. Otra verdad como una casa en la playa. Yo me como la cabeza con mis estudios (normal/10% prescindible), en mi casa (normal/ 1% prescindible), mi mp3 (no tan normal/99% prescindible), mi conexión a Internet (enfermizo/110% prescindible)... y otros se preocupan de asuntos que no superan el 0,1% de prescindibilidad, como casa, comida, agua, terremotos, inhundaciones... ¿Y qué hago al respecto (yo y todos los demás, claro)? Brindar por ellos con los colegas, que tienen las mismas preocupaciones que tenemos nosotros, y que a nosotros nos resultan tan "estúpidas" porque ya tenemos las nuestras. ¿Qué más da que mueran al día 50 personas, como poco, en Oriente Medio, si eso está muy lejos? ¿o que mueran 10 extranjeros al mes a manos de grupos racistas, si yo soy de aquí? No sé si importa o no, porque ya no distingo entre bien, mal, violencia y naturaleza humana, y sólo creo en pensar las cosas dos veces antes de hablar y callarme. Pero es cierto que las cosas casi siempre les pasan a los demás. Siempre mueren otros a manos de otros que no conocemos. Esto me hace pensar si nos dará tiempo a pensar "ahora me toca a mí" el día que nos los encontremos de frente.
2 comentarios:
Chaval, la prosa gratuita también es enfermiza. Si realmente te preocupan estos menesteres, menos rimar y más mover el culo, no crees?
No creo
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