Querido diario:
¿dónde quedó mi vida?
¿en qué pagína
quedó entre lágrimas
y sueños perdida?
¿Qué soy yo,
si tú lo recuerdas:
un inventó de Dios,
un títere que rasgó
sus cuerdas?
Ni a ti ni a mí
no ilusionan los recuerdos.
Ni a ti ni a mí
nos recuerdan nuestros dueños.
Pero la vida es sueño,
¿y dónde quedó el nuestro?
Mi mayor miedo
es el de cambiar mi viaje a aquí
por intentar partir de cero.
Tanto a mí como a ti
nos inquieta poder vivir,
nos inquieta sobrevivir,
y todo lo que en mi mesa
y con mi voz arguyo,
ante el murmullo,
como esa voz
que convoca mi interior:
"Aquel que piensa
que nació una flor
donde sus pies plantó,
es porque dentro lleva un capullo".
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