jueves, 14 de enero de 2010

He vuelto... y, esta vez, ¡para quedarme!

Y mira tú por dónde, buscando entre la basura encontré uno de mis deseos infantiles: ser feliz (¡por Dios, que herejía!). Hacía años que lo olvidé, sin saber mucho más sobre el tema (que es otra forma de decir "no me preguntéis porqué").


Escrito en papel con sangre de enemigos, allí yacía ese papel, entre cáscaras de plátano y tapas de yogures sin premio. ¡Qué vida tan patética, coño! Teniendo como bandera la máxima de "los borrachos y los niños siempre dicen la verdad", cerré la bolsa, me puse las pantuflas y saqué la basura a la calle. Me explico: u olvidé ese papel porque era muy pequeño, o llevaba un pedo descomunal cuando lo escribí/tiré.
Pues bien, hecha ya la reflexión... Joder, no recuerdo como se hacía esto de escribir. Intentémoslo. Digamos que, por vicisitudes del Destino (en mayúscula, para que sea más odioso), héteme aquí frente a un ordenador por el que he luchado tanto contra El Corte Inglés... Que me desvío. en fin, que llega la hora de tocar fondo con la punta de los dedos (mejor que con el tabique de la nariz). Como dijo el sabio (léase, Tyler Durden) "sólo cuando estás a un paso de tocar fondo eres libre de hacer cualquier cosa". Entonces, ¿qué coño puedo hacer con tanta libertad?
Recapitulemos. "Varón. 25 años. Complexión delgada. 1,77 de altura y unos 65 kg. aproximadamente. Sufre de bipolaridad y traumatismo electrocardíaco y tiene más miedo que canas. Le hemos puesto serotonina y Just for Men, pero no responde...", y éste es el momento en que alguien dice "¡Al box 4!". Pues de eso se trata. Aquí no hay ni House, ni Llongueras, ni O Cristo Redentor que lo fundó (viva Río) que diga en qué caja me meten ("¡A por sellos, oe!").
Resumen: estoy más perdido que un gato en una fábrica de sifones, cual hijo de puta en el Día del Padre, como un pedo en el agua... Y es que la disyuntiva en la que mis moral, ética y ciencia se debaten es tan tremenda que hasta el mismísimo Marx me cortaría la exposición para hablar de tías (¡Ay, cerdete...!).
La disyuntiva es la siguiente: "Si la cagas, la cagas del todo", o "¡Ay, Virgencita, que me quede como estoy!". Y mira que, en mi más profunda naturaleza, la autodestrucción de la que estoy hecho no sabe decidir. En fin, que lo único que busco es una mano amiga que, con sutileza y ánimo de mostrarme el camino, ME DÉ DOS BUENAS HOSTIAS para sacarme de mi zozobra (So... ¿qué?).
PD: No tengo problemas de salud, ni problemas con mi novia, ni familiares (problemas con, se entiende), ni nada aparecido.

9 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Llego aquí desde Dispersa. Le he estado echando un ojo a varios de tus post y me gusta como escribes... Me quedo por aki!

http://tentretengo.blogspot.com

Una dijo...

Tu mayor problema es tu talento. Deja de quejarte, joder, y sácalo todo.

Simone Marie dijo...

Vaya!, te descubro cuando acabas de volver..pues bienvenido de nuevo, espero que te haya sentado genial éste descanso, que vuelvas con energías renovadas y que muestres tu talento a los que te conocen y a los que no como es muy caso.

Saludos!

antonio dijo...

Yo tb te descurbo ahora mismo.
pero vuelvo.
En cada post eh..........

Laura dijo...

Pequenyo gran artista solitario del mundo del pesimismo, me encantas. No pierdas la cuerda de éste tu hermoso mundo, da gusto leerte.

Petonets, mequetrefe.

PD: sé feliz.

Anónimo dijo...

hombre, pues mejor quedarte como estas que ir a peor, digo yo
y si vas puede que te sirva para volver a subir más con impulso extra al no tener nada que perder, eso claro
pero yo no lo elegiría
no me gusta sufrir

bessitos :-)

Una dijo...

Tu público te espera... a ver si te dejas caer.

Talk Tonight dijo...

Llorón hace un montón que no actualizas ni me visitas al blog...

A ver si tomamos esta semana un cafelín y nos ponemos al día.

Un besete