martes, 26 de febrero de 2008

¿A dónde van...?

Tantas palabras que olvidé
que no sé cómo empezar,
con tres tazas de café,
esta amada falta de caché,
mi decadencia entre clichés...
Y yo, vuestro objeto a olvidar.
La desmesura de la censura propia,
un canto de libertad sin tono
que obliga a resumirse en copias...
El don me dio abandono.
Un recuerdo como humo,
turbio y desvanecido en nada,
como una herida llena de espinas
anclada en las alforjas de mi almohada
y, al fin y al cabo,
bien custodiada por mis musas...
Esas musas que velan por su luto.
¿A dónde irán todos esos versos
que de mí hicieron jirones
regalando besos, quedando presos
y olcutos en el doble fondo
de los cajones de otro?
¿Quién matará mis dolores de cabeza?
¿Quién hizo de virtudes mis rarezas?
Habrá un lugar, con toda certeza,
para recuperar la soledad...
Pero seguro que es muy caro
y no lo puedo pagar.

No hay comentarios: