He buscado entre sonrisas que no eran para mí.
Me he mojado en miradas entrecruzadas por dos.
He encontrado mil maneras más de ser feliz,
pero me siento agusto en mi manto de dolor.
Tengo huellas en la cara de un amor escondido.
Tengo ardores en los labios de despedidas a destiempo.
He perdido al del espejo por mirarme en los amigos
y he sido infiel al peine por peinarme al viento.
He comido lenguas de origenes pecadores,
y bebido de su veneno durante la eternidad.
He nadado en aguas de llantos redentores.
Me han quemado la piel su sangre y su sal.
Y una luz vecina despeja el techo de claros.
He gastado balas en cisnes en extinción.
Me siento como un asesino sin ganas de matar.
Pero prefiero el calor de unos brazos,
una caricia, una sonrisa o ver el Sol.
Y, como cruz, me vale cualquiera que tienda a sestear.
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