Intenté amarrar las riendas
y mi futuro se desbocó,
quebró en el lodo sus piernas
y la oportunidad se perdió.
"Lo intenté de veras, papá.
Lo siento. Prometo dar la cara.
Déjame a mí lo de llorar...
Todo empezará otra vez mañana".
Y lloré, joder si lloré.
Me sentí solo, desamparado...
Fue la primera vez
que me sentí un completo abandonado.
Y no soy más que un niño,
que cuenta casi 22 años,
al que todo lo vivido
le queda demasiado largo.
Pero se acabó, éste no es mi sino,
no me voy a compadecer,
porque, aun siendo mi peor enemigo,
no quise nacer para perder:
tengo un futuro, no un destino.
Para mis padres, cuyas lágrimas son puñaladas en un corazón que llorará eternamente por ver sus ojos llover. Gonzalo J.
1 comentario:
Tienes toda una vida para rectificar. Solo trata de ser feliz y hacer lo que te gusta. Ellos siempre te van a querer, hagas lo que hagas.Un besito muy grande corazón.
Publicar un comentario