jueves, 2 de marzo de 2006

Quédate en Madrid

Con la nariz entre tus ojos
y, entre un pulmón y otro pulmón,
el corazón y los congojos,
todos en reunión.

Con tus orejas en las manos,
voy enseñándole a Van Gogh
cómo mejora el resultado
cuando lo hacen dos.

Siempre los cariñitos
me han parecido una mariconez,
y ahora hablo contigo en diminutivo
con nombres de pastel.

Y, aunque intenté guardar la ropa
al mismo tiempo que nadar,
me he resignado a ir en pelotas
mientras dure el mar.

Yo, que de estas estampas
me limitaba a hacer colección,
me hago un llavero con el fichero
con una condición:

el día que tengas ojos rojos,
y me estornude la nariz,
vamos a hacer lo que podamos
por cenar perdiz.

Quédate en Madrid...

Por Mecano

No hay comentarios: