sábado, 29 de octubre de 2005

... que si la locura doliese, yo no escribiría, daría gritos

Y éteme aquí un día, otra noche más sin nada en particular de lo que hablar. Ya no leo, no escribo, no escucho, no hablo... solo fumo, duermo, trasnocho... y sin sacar partido de nada de ello. Pero... sin "peros". Nada de reporches. ¿Para qué? Día tras día, noche tras noche y año tras año, todo siempre es lo mismo. Y cuando cambian las cosas, siempre se me simplifican. No sé qué coño estoy diciendo. Este perro no sabe lo que dice, no sabe lo que piensa, no tiene estilo propio, ni copia estilo ajeno. Sólo sufre un derrame cerebral cada semana para olvidarse de la anterior, de sus quehaceres, sus obligaciones, derechos y demás deberes. Cada día más descarado, menos esperanzado, más iluso y menos desmejorado... o más. Dejémoslo ahí. Jamás aviso, por lo tanto, soy traidor. El "màskä" cuando se trata de competición. Nunca me cabreó un atasco y nunca me hirió un invierno... Maldito presentimiento. Este caballero necesita recreo. Cada vez más cazallera la voz. Eso por lo pronto (y eso por lo menos). Me enseñaron a sudar sangre y me negué a ejercer. Aprendí a llorar a solas y me negué a compartirlo. He olvidado tantas cosas sin saber que alguna vez las haya aprendido... que daría todo lo que sé por conocer la mitad de lo que desconozco. Y es que el que no se conoce a sí mismo no para de sorprenderse, y el que se conoce acaba intimidado por sus límites. Influir y soñar, seguir, cesar, besar, lograr, herir, obrar, fingir, mentir, luchar, vencer, amar, huir, ganar, callar, tomar, odiar, reir, ceder, rogar, llorar, nacer, vivir, morir... porque la vida es rápida, un billete de ida hacia las tristeza en el tren de la alegría sin saber que el final del trayecto no lo verás vivo todavía, y sin llegar a pie... en teoría. Empezar una guerra es la primera derrota. Paladines de causas perdidas... Tomamos el espacio y perdimos el planeta en que vivíamos. Invadimos países una vez no pudimos controlar el nuestro. Juzgamos vidas ajenas en favor de que las nuetras parezcan menos deprimentes. Soñamos con tener recuerdos con fecha de caducidad, porque sabemos que ejercer el olvido por voluntad es imposible y las heridas del corazón no se cierran; nunca dejan de sangrar. Pedimos instantes a conceder para que nos conozcan, para pedir favores... nunca para conocer ni para hacer favores. No hay tiempo para los demás, pero sí tiempo de los demás para nosotros. Y nos olvidamos que nosotros somos los demás de los demás. "¿Quieres un amigo peletero asesino? Te explico: ¿quieres que te arranque la piel que hacerte un abrigo de... zorra?". Perdemos la calma con tres de pipas, perdemos el culo por dos de "popper", y nunca un minuto que perder. "Esta noche hay fiesta en el local; las chicas son my guapas y no se lo hacen mal". Y otros prefieren vivir de rodillas. "Dime una cifra... La supero". Y otros son títeres de no saben quién.
Dinámicas rectoras a la carta. Así cada uno amolda su vida a sus gustos. Quizá lo único sensato.
Y aquí seguiremos todos otro año más, otro lustro, otra década y diremos: "Nos hicimos hombres"... pero no de muy buenas costumbres, pues todos somos víctimas de algo. Yo, del tabaco y de mí mismo. Soy siervo de un mundo que para mí no vale nada. Tatuado a fuego en las nubes de la noche e inválido de masa gris. Un paranoico escondido bajo esta impotencia inmadura diabolesca que no lucha, seduce, y amante del dolor real (a fin de que el imaginario no me venza). Welcome to your Destiny.
PD: Enterradme en una tumba anónima, mas que no se jusqifique como deseo, sino como condena al descontento y a quien me vendiera una vida en un mundo lleno de "grandilocuentes sinsentidos". Amen a todas las fiestas de guardar y gracias a Dios por los pasos de cebra.

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