Y es que ayer no fue un día normal. Bueno, el día sí, pero no la noche. Para empezar, David y yo quedamos con Isaac en La Pomarada, un "bar de viejos" donde "ponían unas tapas de la hostia", según David. A mi modo de entender la palabra "tapa", esos cojonudísimos ejemplares de los que hablaba "Clint" se escondieron bien. Pero, hubieran salido de su escondite o no, hubieran quedado relegadas a un segundo plano al conocer a los "megacracks" de los amigos de "el semi-parapléjico" (Isaac). Un tal Joe que trabaja en Antena3 y que no paraba de hablar, diciendo gilipolleces tales como "La música bien, ¿eh?", o "Yo es que soy lesbiana...", o "Cut the roll"... Y otro más bajito que las mataba callando. Muy "isaacsiano" todo.
Acabamos en el Shock! bebiendo minis de cerveza unos, de kalimotxo otros, y yo con mi "vizka-naranja", salvaguardados por un camarero-actor de series de la Paramount... Muy bien. No sé cuántas veces oi lo de "Oye, te pareces a Frodo", o "Siente el poder del anillo único"... David y yo nos fuimos a eso de las 00:45, siguiendo el Faro de Alejandría para llegar a Plaza de España.
Allí nos separamos. Yo me metí en el metro y él siguió hasta Moncloa. En la Linea 10 comenzó mi odisea. Llegamos (yo y toda la gente que iba en ese tren) a Casa de Campo y el amable conductor nos dice: "Final del trayecto. Esta disponible un servicio gratuito de autobuses hasta Puerta del Sur". ¡¡MENTIRA!! Hasta Cuatro Vientos y da gracias, coleguita. Pero, resignado, entré en el bus... y entré el último (supongo que por ser español). Luego espera 30 minutos el puto tren allí y otros 10 en Puerta del Sur para que te deje colgado a las 2:07 de la noche en el peor lugar de Leganés: la Cubierta.
Alli, con un cabreo de la hostia, con lo nervioso que me pongo yo por la noche (mi reloj biológico se para y mis constantes se disparan), en un hervidero de "morapios" y sin tabaco (¡me cago en Dios!), decidí coger un taxi hasta Getafe. Y no fue una excepción. Como siempre, mis travesías en taxi son una locura. Conversación:
- Gonzalo: "Hola, ¿qué tal?. ¿Me puede llevar a Getafe?"
- Taxista: "Sí, claro. Sube"
- Gonzalo: "¿Le importa que suba delante? Es que detrás me mareo"
- Taxista: "No, claro, sube delante si quieres. Vamos a ir por detrás de la Cubierta porque esta calle es un 'meollo' y vamos a tardar un huevo en salir de Leganés"
- Gonzalo: "Ok. Como usted quiera. Yo no conozco Leganés"
Llegamos a un calle con "boulevard" y el hombre, de unos 65 años, me dice: "Espera. Quédate en el coche, no salgas" y, acto seguido, se baja y grita "¡¡¡HIJOS DE PUTA!!! VENID AQUÍ". Se me quedó una cara de flipe impresionante (lo se porque, cuando me quise dar cuenta, no estaba mirando al infinito como ocurre en estas situaciones, sino al espejo del copiloto). El taxista salió corriendo detrás de unos chavales de unos 20 años durante 300 metros y mi mente empezó´a pensar como un leganesito más. Esto fue lo que se me pasó por la cabeza:
1º. Esto es Leganés. Ahora entra uno en el coche, no me da tiempo a salir, y me lleva con él... y no de Luna de Miel, precisamente.
2º. A los 200metros de carrera, al hombre le da un infarto y me quedo solo sin saber cómo comerme este pastel.
3º. Los perseguidos se dan cuenta de que son cuatro contra uno y le pegan una paliza. Yo me sigo comiendo solo este pastelón.
A los cinco minutos, el hombre volvió a aparecer de la nada, y me explicó, ya de camino, que estos chicos le habían parado en Madrid para que les llevara a Leganés y se habían escapado sin pagar. Le miré la mano derecha. Tenía un tatuaje extraño, de los que se hacen en la cárcel. Ahí´fue cuando se me fue la cabeza. No recordaba si tenía dinero y pensé que si no tenía dinero, este me rajaba. Menos mal que calculé más o menos el tiempo y el espacio y me cobró 9€ por dejarme a la entrada de Getafe. Me llega a dejar en casa y no sé qué habría pasado, porque mi hermano se había llevado mi dinero. Una vez en casa, todos felices, aunque yo con un cabreo de la hostia por la mierda de organización del "Metro de Madrid. Vuela".
No hay comentarios:
Publicar un comentario