lunes, 7 de abril de 2008

En el vergel del Edén

Sumergido entre acordes musicales, hoy tengo a bien rescatar este tierno poema de amor perdido en aras a compartir con vosotros, mis queridos y escasos lectores, un pedazo de literatura:


En el vergel del Edén,
embébese Esther
del leve mecer del relente:
-Excelente, vegeté tres meses
en el éter... ¡fetén!

De repente, Pepe, ese mequetrefe
que es el gerente de Mercedes Benz,
se yergue de entre el verde césped,
emergente el repelente pene.

Esther se estremece:
-Behj, ¡qué peste!
¿Qué pesebre es éste?
¿Es que repeles el gel?
¿Crees que este pene es decente?

Enternécese Pepe:
-Es que dejé que el semen
que eyecté se reseque.
Pensé: "Que estrene
Esther este presente".
Te reservé merengue de trece meses.
¡Bebe, bebe!

-¿Beber? ¿Beber de ese enclenque esqueje?
¿Crees que me embelesé? ¡Que te den!
¡Qué cerdete eres!
Que te enteres: mereces fenecer
en el retrete, entre heces que defeque Peret.
Enfermé de verte, ¡vete, vete!
¡Métete el pene en el bebes!
¡Entretente este semestre
en extender ese repelente
semen en el eje del Mercedes Benz!

-Esther...

-¡Que me dejes!
Beberé té en el tenderete.
Que te bese el membrete el bedel.
- Es que, Esther... Pepe es el jefe.
Pepe es el que te debe extender
el cheque de este mes.
Bebe, Esther.

Conclusión:
Es menester que Esther
cercene el pene de Pepe,
ese pelele de jefe
que cree que merece peerse
en el vergel del Edén.



(por Mamá Ladilla)

1 comentario:

Unknown dijo...

jajajajaja me parto, eres genial.