Teoría de los flujos

Vuelvo a escribir en prosa. La poesía me consume la mayoría del tiempo, y no es buen plan por muy artístico y autodidáctico que resulte. Algo me consume. Ya no son los problemas de siempre, esos que, tras 5 horas lamentándose, se duermen para volver a aparecer unas semanas después. Y es que justo cuando pensabas que no volverías a tocar fondo con las manos y creías que volvías a la superficie, cambia la corriente y te das de boca con lo que haya abajo del todo (porque debajo del Todo, siempre hay algo, que viene a llamarse desesperación, honor o lo que a cada uno le toque tragarse en ese momento). Aun estoy esperando ese momento, y lo deseo con ansia para que, en alguna hora de cierto día, lo único que me quede por hacer sea dar brazadas. Ya dijo alguien que "la vida es un río de mierda que se cruza nadando o, en su defecto, tragando".

Antes las cosas no funcionaban del todo bien. Ahora no les presto atención. Sé que todo volverá a ser como antes, como debería ser o quisiera yo que fuese. Todo llegará (me acojo a la teoría de los flujos). Y hay que estar preparado (esta vez me acojo a la función de "escalonamiento" del fútbol), porque, como dice David, "al igual que todo se va de un plumazo, luego vuelve de golpe". Sólo espero que no sea en forma de hostia, que ya no tengo cara para más.

Un día me reiré de todo esto que escribo, digo y pienso. Ese día seré feliz, bien porque sea alguien "mejor", o bien porque sea un cínico que reniegue de haber tenido alguna vez razón siendo joven. Por ahora, me limito a escuchar música todo el día para compensar que las noches anteriores me han colado a Shakira en el repertorio (aun escucho el "baby like this is 'perfecto'") con el pretexto de buscar un buen 'tupperware' o un Don Perignon (esto SÍ es un guiño)