
Es miércoles, sólo miércoles y ya está siendo una mala semana que desembocará en un mal mes y unas malas vacaciones... y mucho me temo que en un mal año también. La casa de mi pueblo se cae. "Menuda tragedia", dirán algunos y algunas con ironía. Pues que os follen a pelo diez drogatas con SIDA.
Me quedo sin lo que fue mi infancia, la de mis hermanos y el lugar de nacimiento de mi padre. Me quedo sin los mejores amigos que jamás nadie me dio. Me quedo sin lo que para mí es el Paraíso. Y me quedo sin todo ello porque no creo que nadie me quisiera acoger en su casa un mes, y tampoco creo que yo aceptase tal invitación. Se me va lo que consideraba lo único realmente bueno en mi vida, lo que siempre estaría allí y nunca fallaría: campo, calor, frío, días de sudor y noches de sustancias alcohólicas y psicotrópicas, partidos de fútbol, de baloncesto, botellones, bandalismo gratuito, caminatas de día y de noche... En fin, la eterna infancia se esfuma. Pero lo peor es que voy a perder el contacto con gente, amigos y primos cuyo único vínculo es aquel lugar desde que nacimos.
Chicos, supongo que nos veremos en algún otro lado dentro de algún tiempo si todo sale como me temo. Pero esperemos que haya suerte.
1 comentario:
olaaaa
que pueblo mas bonito el tuyo no??jeje.bueno que me alegro un monton de conocerte, y que gracias por escucharme siempre.y por estar ahí.muxos besitos, y aver si llega el verano, y podemos estar pronto todos por esas tierras altas de verbena en verbena, y en oncala.
muxos besitosss
Publicar un comentario