domingo, 17 de julio de 2005

Que te cunda, marinero, que te cunda

Y es que a esta boca no le faltan vasos,
no le faltan besos;
le sobran excesos
y también fracasos...
y vomitinas.
Veo a Dios en las esquinas
de mi cama,
y hoy me ha escrito un telegrama:
"No te rindas".
"No me rendiré, Señor.
A Ti me debo.
A nadie daño cuando bebo.
Soy un buen chico.
Hace dos años y pico
mordí este cebo.
Ahora ya no es nada nuevo:
quiero ser rico".
Y ésta es la mierda que tendrás por sistema
cuando tus padres y tu piba te tengan como un problema.
"Esta pastilla es para que te tranquilices.
¿Que sea más feliz es lo que quieres dices?"
Mírame. Estoy llorando y no sé por qué.
Quizás ayer fui un borde
por deporte
y hoy lo recordé.
Quizás fueron las ruinas
que dejé detrás,
por eso hoy no le temo al fuego,
pero sí a las cenizas.
Yo sólo quiero estar
sin molestar,
sin protestar,
ser un 'All-Star'...
disimular.
Misionero.
Y sueño con salvar al mundo entero
borracho al fondo del bar y otros derroteros.
Me hundo...
y Dios no responde
si pregunto...
¿La vida es algo grande?
¿Que todo depende?
Es porque vives bien,
porque comes bien,
porque pagarías por caer bien
y así ser alguien.
Reid, como Juan Carlos y Sofía.
Hoy ríen su riqueza,
pues es vuestra riqueza y la mía.
Y ríen el sudor de vuestras frentes.
Reid también, pues es vuestro sudor...
Y son reyes con sentido del humor.

No hay comentarios: