Lo primero que tenéis que tener claro
es que no he nacido para ser un segundón.
Lo segundo, tengo una misión
en este mundo:
beber y rezar,
tratar de flotar
si veo que me hundo.
Lo gigolós también nos sentimos solos,
atados a las apariencias, faltos de amor...
Todo es cuestión de cromosomas,
seductores innatos.
(¿Misión?) Desde micrófonos y platos,
maltratar novatos.
Yo fui basura, y hoy ya ves,
tratan de describirme y exijo superlativos,
como el Everest.
Dime si no soy tan bueno como me creo;
ya me cansé de lanzar monedas y pedir deseos.
Es tiempo de meteros por el culo mi talento,
de que la Ciencia investigue de qué firmamento
se caen las estrellas
con este olor a ginebra
y qué misterioso amor a la virtud me guía en la Tierra.
¿En qué punto del mapa aterrizó mi meteorito?
¿Por qué Nostradamus no habla de mí?
¿Contra quién compito?
¿A qué dioses defiendo?
¿En qué se basa mi arte?
¿Vengo en son de paz?
¿Estoy de su parte?
¿Qué dicen los atrónomos acerca de mi signo?
¿Qué clase de evangelio traigo? ¿es pensamiento digno?
¿o soy el eslabón perdido del que hablaba Darwin?
¿Si hablo de la Cuarta Dimensión es porque he estado allí?
¿En qué cuna lloré?
¿Qué clase de infancia tuve?
¿En qué calles crecí?
¿Con qué juguetes me entretuve?
¿Qué fantasías sexuales me mantienen hoy despierto?
¿Con qué mujeres sueño?
¿Por cuántas habrías muerto?
¿Qué es para mí el amor:
una sonrisa o una lágrima?
¿Por qué esa maldita obsesión
por desafiar a las máquinas?
¿Por qué ese miedo a la Tecnología?
¿Por qué esa pasión
por la proporción
y la armonía?
Porque soy un GENIO... ¿no?
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