no hay más que un cielo
de cera y negra miel
suave como tu pelo.
Y vuelo entre deseos.
Y caigo entre algodones.
Y me llamas porque vine.
Te busca este blanco Teseo
en tu frío mar de alirones,
en la Fortuna de espuma Guinness.
Y yo brindo por tus ojos,
por tus manos retratadas
por mi tímida mirada
que en tus besos rojos
y en azul sigue atrapada.
Y yo, que apenas me muevo,
tiemblo cuando me mece el viento
que sale de tu boca, querida.
Me mezco al son del cierzo
que hiela esta corona herida...
Esta veleta de gallo muerto
no gobierna tus sonrisas.
Traficarás con amores
y quereres de portal a oscuras
al compás de labios calientes,
mientras mis cicatrices de colores
buscan tiritas con premura
en las palabras de mi gente.
Por Gonzalo J.
"Y, en vez de ver los fuegos artificiales,
no regalamos juegos labiales...
Nos regalamos ferias de amor"
- Carlos Chaouen -
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