lunes, 5 de febrero de 2007

Vivo al día

Nací un otoño de madrugada.
Hasta ahora llevo el mismo corazón.
Dicen que me ha cambiado algo la cara.
Nací en un estribillo del amor.

Crecí bebiendo siempre de agua clara.
Crecí dando patadas a un balón.
Mi mejor amigo fue la funda de mi almohada.
A veces tuve frío tras calor.

Estuve cerca del sexo en rutina.
Estuve cerca de pecar con Dios.
Luego hice el amor por las esquinas.
Y ahora mi vida es una canción.

Y hace ya tiempo que vivo al día,
que no me bajo en ninguna estación,
y no me importa partirme la cara
por una mirada o por un corazón.

Y si hace falta, me juego la vida...
Me juego la muerte, que es mucho mejor.
Y no me importa partirme la cara
por una mirada o por un corazón.

Te como el cordón umbilical
y te quito las telarañas.
No hay mejor color
que el que se cae de tus pestañas.

Y hace ya tiempo que vivo al día,
que no me bajo en ninguna estación,
y no me importa partirme la cara
por una mirada o por un corazón.

Y si hace falta, me juego la vida...
Me juego la muerte, que es mucho mejor.
Y no me importa partirme la cara
por una mirada o por un corazón.

Dejé mitad de todo en el camino.
Los baches me enseñaron a saltar.
La muerte ayunará de estarme vivo.
El Sol cuando hay resaca pica más.

La piel son peces vertidos a tierra.
Dejé apenas dos flores sin pisar.
Una de ellas me llevó a la guerra.
Gané y perdí las ganas de llorar.

Te como el cordón umbilical
y te quito las telarañas.
No hay mejor sabor
que el de tu piel por la mañana.

Y hace ya tiempo que vivo al día,
que no me bajo en ninguna estación,
y no me importa partirme la cara
por una mirada o por un corazón.

Y si hace falta, me juego la vida...
Me juego la muerte, que es mucho mejor.
Y no me importa partirme la cara
por una mirada o por un corazón.

Te como el cordón umbilical
y te quito las telarañas.
No hay mejor balcón
que el del encaje de tu falda.

[...]




Vivo al día, de Carlos Chaouen




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