Hoy, una de las pocas poesías en que me he currado la estructura.
En la soledad de un libro abierto
a media noche, aún despierto,
apoyado sobre mis brazos muertos,
mi corazón duerme.
Bajo la blanca luz de la Luna,
caído a plomo sobre mi vieja cuna,
dejo caer mis sueños en mis lagunas
donde mi corazón duerme.
Y es mi blanca piel una pasión,
y son mis ojos la dulce cama
donde duerme mi corazón.
Es tu fría y débil llama
mi única y sólida fuente de calor
si mi corazón despierta y te llama.
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